¡Condenadas a la MUERTE por embarazos no deseados o de riesgo; o a una vida miserable manteniendo a nuestros hijos con sueldos de hambre, sólo por el hecho de ser mujeres! ¡Esto nos reserva la patronal en esta democracia para ricos, con su descarnado rostro machista y patriarcal!
Chile es uno de los cuatro países EN EL MUNDO que prohíbe el aborto inclusive en extremas situaciones como las de tener en nuestro vientre un feto sin cráneo, la de un embarazo producto de una violación o la de que esté en peligro nuestra propia vida. Y quienes sufrimos el peso de esta realidad somos, una vez más, las mujeres trabajadoras y pobres que no podemos sobrepasar la ley y optar por abortos clandestinos pagados de manera segura y bajo la tutela de un profesional, a lo que sí acceden las mujeres de la patronal y las ricas. Hoy, en pleno ciclo electoral, los políticos que desde el parlamento protegen las ganancias de los patrones y administran nuestras cotidianas miserias, nos sacan a la palestra como tema de debate nacional a través de un proyecto de legislación sobre el “aborto terapéutico”: no es la primera vez que suena esta tonada, es ya la sexta oportunidad sólo desde el 2003 en la que los políticos patronales han “discutido si se puede discutir” el proyecto, mientras ellos “discuten si es posible discutirlo” las mujeres seguimos muriendo por no poder decidir y defender nuestra propia vida.
El debate parece ponerse acalorado, pues el abanderado de la Concertación, Eduardo Frei habla de su disposición a discutir con todos los sectores la legalización del aborto terapéutico, apoyado por el PS, el PPD, y el PRSD, que presentarían un proyecto, mientras la derecha se muestra intransigente con un Piñera declarándose muy “pro-vida” cerrando la discusión y disparando dardos en contra de Frei , quién, ciertamente, en los noventas se declaró absolutamente anti-aborto y ahora “mágicamente” parece haber recapacitado sobre el tema y en su afanosa carrera por el sillón presidencial ahora le brinda una generosa mano a las mujeres para recuperar esas confianzas que en las encuestas lo mantienen al borde con Piñera por las elecciones. Al mismo tiempo que su propio partido, la DC, se declara contrario al aborto abiertamente.
Por otra parte al interior de la Iglesia, algunos curas le cierran completamente las puertas a la simple idea de debatir, y otros, intentando mostrarse más abiertos, no se niegan a hacerlo, aunque de abrirse el debate nada asegura que no terminarán condenando todo tipo de aborto, como ya lo anuncia e históricamente lo ha hecho la reaccionaria Iglesia.
Hagamos, compañeras, lectoras y simpatizantes un seguimiento a estos que aparentan ser contrincantes: la derecha, a la que bien conocemos, se declara “pro-vida” e impulsa, bajo diversas chapas, campañas en contra del aborto por medio de su juventud militante, ¡esa misma derecha que en la dictadura aplaudió la muerte de miles de mujeres, hombres y niños, que permitió las torturas y las desapariciones, hoy habla de estar por la vida! Pero eso no es todo, dentro de las filas de estos buitres reaparece un rostro femenino que también hemos conocido lo suficiente como para no recordarlo, es el de Karla Rubilar (RN) quien dice que votaría a favor del proyecto (La Segunda) mostrándonos su careta más democrática a pesar de las intransigentes declaraciones de Piñera; claramente no fue esa la careta que nos mostró cuando hizo polémica con el caso de los “falsos detenidos desparecidos” ensuciando la justa lucha de familiares y organizaciones de derechos humanos, mostrándonos su verdadero semblante, heredero y defensor de la Dictadura de Pinochet, su cara asesina hoy hipócritamente travestida para hablarnos sobre aborto terpéutico. A esa Derecha la conocemos bien como un claro enemigo de los trabajadores y de las mujeres trabajadoras y pobres.
Sin embargo, el otro contrincante: la Concertación, es más bien difuso, ha impulsado numerosas veces el mismo proyecto sobre aborto terapéutico y hoy se enfrasca en esta disputa con la derecha, de palabra están con las mujeres eso sí, pero no se solucionarán con palabras o con proyectos que descansarán en el parlamento nuestras demandas más urgentes, es cierto que envían proyectos al parlamento que luego son desechados por la oposición. Además, ha sido en el periodo de la Concertación, cuando no se ha asegurado este derecho y se ha mantenido una más de las herencias de la dictadura: hasta 1989 existía legalmente en aborto terapeútico en Chile. La pregunta es entonces ¿tienen alguna responsabilidad sobre el hecho de que en el parlamento fragüen sus proyectos de ley? Absolutamente sí la tienen, porque gobiernan de la mano con la derecha a la hora de atacar a la clase trabajadora, a las mujeres y al resto de los oprimidos. Han mantenido el binominal, han votado (en nombre de una falsa voluntad democrática) para que la UDI asuma la presidencia tanto de la Cámara de Senadores, con Jovino Novoa, como la Camara de Diputados, con Rodrigo Álvarez quien recién asumido recordó a Jaime Guzmán y hoy sigue fielmente sus pasos aclarando de antemano que considerará el proyecto de ley como inconstitucional: Jaime Guzmán declaraba que una mujer estaba obligada a llevar adelante un embarazo “aunque el feto venga con malformaciones, sea producto de una violación o inclusive si de concretarlo, derive en su muerte”, y así, la derecha también canjea votos con la Concertación por uno que otro cargo, todo con el objetivo de mantener intactas las ganancias de los patrones a costa de ataques y miserias para la clase trabajadora y para nosotras, las mujeres. Por otra parte, la Concertación hoy habla de aborto terapéutico, pero guarda silencio frente al fallo del Tribunal Constitucional que en abril del año pasado nos quitó la Píldora del Día Después en los consultorios a los que acudimos las pobres y trabajadoras: la Concertación manifestó que respetaría el fallo y desde entonces nadie ha hablado ni una palabra en torno al tema… ¿No será uno de los guiños más que nos hacen tratando de mostrarse siempre como nuestros amigos, pero en los hechos atacándonos y empeorando nuestras condiciones de vida?
Después de un debate como el de la píldora, la moral reaccionaria de la Iglesia, su política de negar los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de la juventud (trabajadora y oprimida, pues las ricas pueden "pagar" por esos derechos), sigue pesando. ¿Por qué debiese ser distinto hoy con este debate entre los partidos patronales? ¡Mientras el 80% de las mujeres, según estudios de la ONG Humanas, tiene acuerdo con el aborto terapéutico (y con la píldora del día después)!
Frente a esto, desde Pan y Rosas Teresa Flores, sostenemos firmemente que ni la Concertación, ni mucho menos la Derecha velarán por nuestros derechos, sino que todo lo contrario, como ha quedado demostrado con el fallo del TC. No estamos contra la recuperación del derecho al aborto terapeútico, pero opinamos que no podemos confiar en que los políticos patronales la aseguren y creemos que no es suficiente para responder ante el problema del aborto y la libertad sexual sobre nuestros cuerpos pues no asegura en todos los casos que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos, por ejemplo, frente a embarazos no deseados. Cuando el aborto es una realidad que deja a miles de mujeres bajo situaciones complicadas de salud, con peligro de cárcel y hasta muertes por enfrentarse a terribles condiciones de vida, que sucede como mínimo a 200.000 veces por año, y con una educación sexual signada por una moral hipócrita, anticonceptivos que no sirven para evitarlo por el nulo acceso y la miseria social a la que estamos condenadas, decimos:
Sólo las mujeres trabajadoras junto a nuestros compañeros trabajadores podemos dar una respuesta con lucha y movilización, convocando a las mujeres, hombres del pueblo pobre y estudiantes. Es necesario actuar lejos de toda variante de la patronal que hoy nos hace guiños con un proyecto de ley para, tal vez, más adelante quitarnos hasta la T de Cobre, los mismos partidos patronales que hoy descargan la crisis con despidos y flexibilización laboral. Por eso hacemos un llamado a la CUT, a la vicepresidencia de la mujer de la Anef, que como organizaciones de la clase trabajadora deben dar una respuesta junto a las organizaciones de mujeres y de estudiantes, para luchar por el derecho a anticonceptivos gratuitos y de calidad en el servicio público, derecho al aborto legal, gratuito y libre a toda mujer que lo requiera y educación sexual sin la moral de la Iglesia.
Frente a esto, desde Pan y Rosas Teresa Flores, sostenemos firmemente que ni la Concertación, ni mucho menos la Derecha velarán por nuestros derechos, sino que todo lo contrario, como ha quedado demostrado con el fallo del TC. No estamos contra la recuperación del derecho al aborto terapeútico, pero opinamos que no podemos confiar en que los políticos patronales la aseguren y creemos que no es suficiente para responder ante el problema del aborto y la libertad sexual sobre nuestros cuerpos pues no asegura en todos los casos que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos, por ejemplo, frente a embarazos no deseados. Cuando el aborto es una realidad que deja a miles de mujeres bajo situaciones complicadas de salud, con peligro de cárcel y hasta muertes por enfrentarse a terribles condiciones de vida, que sucede como mínimo a 200.000 veces por año, y con una educación sexual signada por una moral hipócrita, anticonceptivos que no sirven para evitarlo por el nulo acceso y la miseria social a la que estamos condenadas, decimos:
Sólo las mujeres trabajadoras junto a nuestros compañeros trabajadores podemos dar una respuesta con lucha y movilización, convocando a las mujeres, hombres del pueblo pobre y estudiantes. Es necesario actuar lejos de toda variante de la patronal que hoy nos hace guiños con un proyecto de ley para, tal vez, más adelante quitarnos hasta la T de Cobre, los mismos partidos patronales que hoy descargan la crisis con despidos y flexibilización laboral. Por eso hacemos un llamado a la CUT, a la vicepresidencia de la mujer de la Anef, que como organizaciones de la clase trabajadora deben dar una respuesta junto a las organizaciones de mujeres y de estudiantes, para luchar por el derecho a anticonceptivos gratuitos y de calidad en el servicio público, derecho al aborto legal, gratuito y libre a toda mujer que lo requiera y educación sexual sin la moral de la Iglesia.
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¡POR DERECHO A EDUCACIÓN SEXUAL SIN LA MORAL DE LA IGLESIA!
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